A principios de los 80 un productor tuvo la idea de juntar en un estudio a un grupo de músicos para que hicieran versiones de grandes éxitos de pop-rock y mezclar fragmentos de los mismos en un solo disco de 45 rpm. La fórmula tuvo éxito durante unos años, tanto en Europa como en Estados Unidos. Los llamados "medleys" contenían éxitos de distintos grupos, siendo los Beatles y Abba los más aclamados. Eran unos discos fáciles de bailar para los cuales no pasaba el tiempo y siempre funcionaron en el Piter.
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